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martes, 1 de octubre de 2013

SEGUIMOS CON EL CORRELIMOS PECTORAL VERATO






Como el ampelis del invierno pasado, los visitantes del ártico a La Vera siempre nos ponen en firmes. Así que después de encontrar el correlimos pectoral el domingo pasado hemos vuelto esta tarde para dedicarle una entradita monotemática.
Lo encontramos sin dificultad andando por las mismas playitas, y como no todos los días se ve un correlimos pectoral, decidí reptar unos cuantos metros por fango y plantas palustres para disfrutar de un rato casi a su lado, él mientras tanto medio durmiendo, acicalándose y comiendo como si nada. Espero que os gusten las fotos.










English translation of text:

THE PECTORAL SANDPIPER IS STILL HERE IN LA VERA

Like the Waxwing last winter, Arctic visitors to our area always make us twitchier than any others. After finding the Pectoral Sandpiper last Sunday, therefore, we returned this afternoon to see if it was still there.

We found it without any difficulty, probing the riverside mud in pretty much the same spot. It’s not every day you see a Pectoral Sandpiper so I decided to creep up to it on my belly through the mud and marsh plants. It didn’t seem to mind even when I eventually got very close, continuing to sleep and occasionally preen as though I was nothing more than a strange-shaped bush. I hope you agree the photos are worth the soaking they cost me.

domingo, 29 de septiembre de 2013

CORRELIMOS PECTORAL EN LA VERA

Instruido por nuestro amigo Juan Pablo Resino e inspirado por los espléndidos reportajes de “hidrohide” de otro amigo al otro lado del charco (Aves Bonaerenses), sigo cogiendo el truco de mi propio hidrohide casero por aquí en la Vera.
Los protagonistas hoy han sido las limícolas pero empezamos con una bonita lavandera blanca, el paseriforme más común de hoy junto con sus primas las boyeras y las collalbas grises. Las últimas dos están ya rumbo a África pero la lavandera blanca sigue con nosotros todo el año.

Desde las rocas de la orilla me vieron pasar una garceta común . . .

. . . y un martín pescador.

Las limícolas más comunes (y también las más “escandalosas”) suelen ser el archibebe claro y el andarríos grande y hoy no ha sido ninguna excepción.




 
Otro archibebe que también se juntó a la fiesta hoy fue el archibebe “oscuro”, ya no haciendo justicia a su nombre por exigencias del guion fenológico.

Mas agachada, como sugiere su nombre, entre la vegetación, se encontraba esta agachadiza.



Pero la gran sorpresa del día la encontró mi padre de pie mientras yo estaba en el agua. Por suerte seguía en el mismísimo sitio cuando pude llegar allí unas dos horas más tarde. Un “bimbo” para los dos, fue un magnífico correlimos pectoral.



Como siempre con estos visitantes del alto ártico la fascinación reside en imaginar en qué remota parte del mundo se habrá criado para luego parar unos momentos en la Vera en sus andanzas aladas por el mundo. Alucinante.