viernes, 7 de octubre de 2016

LA PRESA DE HOY



Una novela ambientada en nuestra zona.

185 activistas medioambientales asesinados por todo el mundo en 2015. España asolada por incendios intencionados, envenenamientos (45.000 animales envenenados desde 2005 a 2010), furtivos, caza ilegal y peligros varios a los que tienen que enfrentarse diariamente los defensores de la naturaleza. Con final trepidante esta novela narra la historia de un guarda de naturaleza en su lucha contra los implacables intereses contrarios a la conservación.


RECIÉN publicada, puedes conseguirla con los gastos de envío GRATIS en: www.tundraediciones.es

martes, 14 de junio de 2016

EL REY ELVIS EN FOTOS Y VÍDEOS

La entrada monotemática de hoy trata de un ave muy muy especial que hemos visto los tres (Dave, Bego y Sam) muy muy al norte de la Vera pero a la vez muy muy al sur de donde debería estar por estas fechas, en las alturas más noreste del círculo polar.

Acabamos de pasar nuestras vacaciones en Aberdeenshire en Escocia, pasando tres días en el estuario de Ythan. En este sitio, cada año desde 1978, un eíder real macho aparece en abril para intentar ligar con una de las hembras de eíderes comunes en la colonia de unos mil que viven allí.  Cada año el mismo comportamiento; durante unos dos meses vive con los eíderes comunes, incluso dando su canto y comportamiento nupcial, hasta tirar la toalla y desaparecer otra vez mediados de junio. ¿Es la misma ave todo este tiempo? Si es así ya tiene 38 años y mira lo guapo que sigue siendo:





Si no es la misma ave, pues qué raro que siga las mismas pautas de comportamiento y cronología año tras año.

Tan familiar ahora es comportamiento, tan fiables sus apariencias anuales, que le han puesto el nombre de Elvis.

Cada mañana de nuestra estancia de tres días en Ythan me levantaba a las 4.30 para disfrutar solo del ambiente sobrecogedora de miles de charranes y eíderes reclamando, por no hablar de los miles de focas comunes y gris que también cantaban en todo lo alto. Cada amanecer veía a Elvis, algunas veces más cerca, otras veces más lejos.

Luego, en el último amanecer de todos, algo increíble pasó . . ..

Elvis estaba lo más cerca jamás, dando su reclamo nupcial, una especie de aullido muy bonito que sobrelleva a veces el constante reclamo oYEEEru de sus primas comunes. No contento con este comportamiento tan confiado salió del agua a mis pies y empezó a andar por la playa con los eíderes comunes y sus jóvenes como si yo fuera otro de los palos de amarrar barcas que había por allí.
Cuelgo 5 de los muchos videos que pude hacer de él durante las siguientes dos horas, embelesado al tener a esta belleza a unos pocos metros de mí.

En el primer vídeo se le ve al borde del agua intentando en vano ligar con una de las hembras de eíder común. Después de unos 25 segundos se le ve bajar la cabeza, hinchar el pecho y emitir su reclamo nupcial.


En el segundo se le ve salir del agua y acicalarse con energía en la playa.


En el tercero se le ve andando orgullosamente por la playa con una madre de eíder y sus pollos como si fueran sus propias crías.


En el cuarto anda por la playa entre pollos de eíder.


Y en el quinto y último se le ve andando sin ton ni son por la playa como si fuera un poco perdido, el pobre, tan lejos aquí de sus cogeneres más cerca.


¡Qué privilegio ha sido tener a esta bicho tan especial tan cerca durante tanto tiempo. Al final, de repente, decidió irse y lo vi por última vez volando hacia el otro lado del estuario hasta desaparecer de vista.


El día anterior enseñamos a Elvis (durmiendo al otro lado del estuario) a un hombre que había hecho un viaje de 500 kilómetros solamente para verlo. Sacó una foto testimonial con su teléfono móvil a través del telescopio a máximo zoom y volvió tan feliz otros 500 k a su casa. Si hubiera estado conmigo esta mañana no veo cómo se hubiera cabido dentro de su regocijo. 

domingo, 1 de mayo de 2016

LA SUBIDA DESDE LOSAR DE LA VERA AL REFUGIO DE EL BREZO

LA SUBIDA DE LOSAR DE LA VERA AL REFUGIO DE EL BREZO

Mientras el titular de este blog, mi hijo Sammy, sigue ausente en Aberdeen, voy a seguir muy puntualmente comentando cosas que me parecen de interés sobre la naturaleza de la Vera.

Esta vez se trata de la subida en bici desde Losar de la Vera hasta el refugio de El Brezo, para mí una de las citas ineludibles de la primavera. Este año la hice el sábado pasado (30 de abril).

Para los que no conocen el sitio, empiezas a unos 550 m en Losar y llegas a 1400 m en el refugio, así que lleva su pedaleo. En plan contrarreloj se puede hacer en hora y pico pero en plan pajareo se puede tardar muchas horas.

Empezando a las seis de la mañana, la subida ha sido un triple crescendo de luz, altura y sonido. La primera parte atraviesa un brezal con salpicadura de enebro y roble maduro, y aquí la única especie con algo de costumbre de canto nocturno es la tarabilla. Por lo demás, silencio, bastante completo para estas fechas. Se gana altura. Y os voy a revelar un secreto de ciclista: las cuestas no duelen en la oscuridad (tampoco borracho pero esto es otra historia). Por ahora la altura es el único de los tres crescendos que sube en intensidad. Desde algunas curvas de herradura se ven abajo las luces de Losar y los pueblos del Valle de Tiétar como islas en la oscuridad, y se oyen distantes ráfagas de ruiseñor desde el valle abajo.  Ahora la luz crece un poco y los primeros zorzales charlos, mirlos y petirrojos se animan. Con un poco más de luz el sonido se hace más tupido, sin nunca rivalizar lo que montan los protagonistas de abajo. Escribanos montesinos se hacen notar y todos los otros inquilinos de estos robledales de ladera. Ya casi de día los pinzones ponen su pincelada y, al adentrarse más en el bosque y en el día, casi llegan a embadurnar el lienzo acústico entero.

De repente - frenazo. Se oye una de las principales especies objetivas del día: el colirrojo real. Este sitio donde canta el primero hoy casi siempre tiene una pareja cada año. Está a 1111 m, después de pasar una puerta canadiense, más abajo y apartado del grueso arriba. Pero esta mañana cantan tres en este sitio. ¡Buena señal! Todavía no hace suficiente luz para apreciar del todo su librea y además hace frío para parar demasiado tiempo con el sudor encima, así que disfruto un rato de un macho un poco a contra luz y sigo, confiado en ver más en mejores condiciones. Se oyen y se ven también los primeros papamoscas cerrojillos, menos que en otros años, pero seguramente porque, con la primavera retrasada, los robles aquí arriba todavía no tienen hojas todavía. En total hoy habré visto unos 30 en vez del total normal de unos 50. Esto de no tener hojas los robles tiene ventaja, porque tengo unas vistas estupendas de algunos de los muchos mosquiteros papialbos que ya cantan. ¡Qué bonitos son!

Dos arrendajos vuelen raso hacia mí persiguiendo algo más grande que huye gritando. Posan cerca de mí en un roble y resulta ser un alucinante cárabo; posado a unos 7 m, sigue gritando mientras otro canta en pleno sol cerca. Aguanta el acoso de los arrendajos unos minutos y luego se va con sus dos atormentadores de remolque.

Llego a donde suelen estar el grueso de los colirrojos reales, a 1370 m, ¡y hay seis más machos territoriales! Esto significa una plusmarca de 9 machos en la subida. Van bien aquí, parece. Ahora sí disfruto de unas vistas de cine de unos machos, cantando algunos al lado de los primeros hortelanos del día, que en este sitio son bastante arboleros, prefiriendo cantar desde lo alto de los robles que desde las rocas. Después de pasar una horita con los colirrojos, llego arriba, tiro la bici entre el brezo y hago un paseíto por allí, viendo una curruca zarcera, una curruca tomillera (vuelo nupcial), 4 más escribanos hortelanos y nada menos que 5 collalbas rubias.

Luego en la bajada veo otra collalba rubia en pleno robledal. En este momento tengo collalba rubia, papamoscas cerrojillo y colirrojo real cantando desde lo alto de sendos robles sin hojas, pudiendo cambiar de uno a otro a placer. Y me sobrevuela a baja altura un águila calzada clara. Para morirse.

Durante la bajada paro un par de veces para más observaciones deliciosas de colirrojos reales y papamoscas cerrojillos y disfrutar también de un grupito de abejarucos. Al llegar abajo el brezal ahora es espectacular en el sol y oigo los últimos escribanos hortelanos del día, seguramente los que crían más bajo en Extremadura, a una altura de apenas 700 m. Buen colofón a un día de ensueño. Sin ruido de coches o de aviones, solamente los sonidos de la naturaleza que se oían en cada momento de la subida. Lo recomiendo como remedio a todos los males.