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domingo, 1 de mayo de 2016

LA SUBIDA DESDE LOSAR DE LA VERA AL REFUGIO DE EL BREZO

LA SUBIDA DE LOSAR DE LA VERA AL REFUGIO DE EL BREZO

Mientras el titular de este blog, mi hijo Sammy, sigue ausente en Aberdeen, voy a seguir muy puntualmente comentando cosas que me parecen de interés sobre la naturaleza de la Vera.

Esta vez se trata de la subida en bici desde Losar de la Vera hasta el refugio de El Brezo, para mí una de las citas ineludibles de la primavera. Este año la hice el sábado pasado (30 de abril).

Para los que no conocen el sitio, empiezas a unos 550 m en Losar y llegas a 1400 m en el refugio, así que lleva su pedaleo. En plan contrarreloj se puede hacer en hora y pico pero en plan pajareo se puede tardar muchas horas.

Empezando a las seis de la mañana, la subida ha sido un triple crescendo de luz, altura y sonido. La primera parte atraviesa un brezal con salpicadura de enebro y roble maduro, y aquí la única especie con algo de costumbre de canto nocturno es la tarabilla. Por lo demás, silencio, bastante completo para estas fechas. Se gana altura. Y os voy a revelar un secreto de ciclista: las cuestas no duelen en la oscuridad (tampoco borracho pero esto es otra historia). Por ahora la altura es el único de los tres crescendos que sube en intensidad. Desde algunas curvas de herradura se ven abajo las luces de Losar y los pueblos del Valle de Tiétar como islas en la oscuridad, y se oyen distantes ráfagas de ruiseñor desde el valle abajo.  Ahora la luz crece un poco y los primeros zorzales charlos, mirlos y petirrojos se animan. Con un poco más de luz el sonido se hace más tupido, sin nunca rivalizar lo que montan los protagonistas de abajo. Escribanos montesinos se hacen notar y todos los otros inquilinos de estos robledales de ladera. Ya casi de día los pinzones ponen su pincelada y, al adentrarse más en el bosque y en el día, casi llegan a embadurnar el lienzo acústico entero.

De repente - frenazo. Se oye una de las principales especies objetivas del día: el colirrojo real. Este sitio donde canta el primero hoy casi siempre tiene una pareja cada año. Está a 1111 m, después de pasar una puerta canadiense, más abajo y apartado del grueso arriba. Pero esta mañana cantan tres en este sitio. ¡Buena señal! Todavía no hace suficiente luz para apreciar del todo su librea y además hace frío para parar demasiado tiempo con el sudor encima, así que disfruto un rato de un macho un poco a contra luz y sigo, confiado en ver más en mejores condiciones. Se oyen y se ven también los primeros papamoscas cerrojillos, menos que en otros años, pero seguramente porque, con la primavera retrasada, los robles aquí arriba todavía no tienen hojas todavía. En total hoy habré visto unos 30 en vez del total normal de unos 50. Esto de no tener hojas los robles tiene ventaja, porque tengo unas vistas estupendas de algunos de los muchos mosquiteros papialbos que ya cantan. ¡Qué bonitos son!

Dos arrendajos vuelen raso hacia mí persiguiendo algo más grande que huye gritando. Posan cerca de mí en un roble y resulta ser un alucinante cárabo; posado a unos 7 m, sigue gritando mientras otro canta en pleno sol cerca. Aguanta el acoso de los arrendajos unos minutos y luego se va con sus dos atormentadores de remolque.

Llego a donde suelen estar el grueso de los colirrojos reales, a 1370 m, ¡y hay seis más machos territoriales! Esto significa una plusmarca de 9 machos en la subida. Van bien aquí, parece. Ahora sí disfruto de unas vistas de cine de unos machos, cantando algunos al lado de los primeros hortelanos del día, que en este sitio son bastante arboleros, prefiriendo cantar desde lo alto de los robles que desde las rocas. Después de pasar una horita con los colirrojos, llego arriba, tiro la bici entre el brezo y hago un paseíto por allí, viendo una curruca zarcera, una curruca tomillera (vuelo nupcial), 4 más escribanos hortelanos y nada menos que 5 collalbas rubias.

Luego en la bajada veo otra collalba rubia en pleno robledal. En este momento tengo collalba rubia, papamoscas cerrojillo y colirrojo real cantando desde lo alto de sendos robles sin hojas, pudiendo cambiar de uno a otro a placer. Y me sobrevuela a baja altura un águila calzada clara. Para morirse.

Durante la bajada paro un par de veces para más observaciones deliciosas de colirrojos reales y papamoscas cerrojillos y disfrutar también de un grupito de abejarucos. Al llegar abajo el brezal ahora es espectacular en el sol y oigo los últimos escribanos hortelanos del día, seguramente los que crían más bajo en Extremadura, a una altura de apenas 700 m. Buen colofón a un día de ensueño. Sin ruido de coches o de aviones, solamente los sonidos de la naturaleza que se oían en cada momento de la subida. Lo recomiendo como remedio a todos los males.



martes, 7 de agosto de 2012

PICO MEDIANO Y UN REPARTO DE LUJO EN PICOS DE EUROPA

Este finde, durante la fiesta del descenso del Sella aquí en Arriondas, hemos salido pitando debido a toda la gente y al mal ambiente que hay para pasar 3 días en los Picos.

Uno de nuestros objetivos principales era el pico mediano. Oímos bastantes durante la estancia total y también logramos ver una hembra y un macho bastante bien. En esta foto del macho se ven todos los rasgos distintivos de la especie, la cara blanca, el pileo rojo sin perfil negro, los flancos listados y el culete de color rosa en vez de rojo. Un bicho precioso que nos hizo mucha ilusión encontrar con las indicaciones excelentes de nuestros amigos Santi “Spainbirds”  y Rafa Romero. Muchísimas gracias a los dos.




Otros pájaros más típicos y comunes de nuestros bosques, pero no por eso menos bonitos, que logré fotografiar fueron el mosquitero papialbo (aun cantando un poco), trepador azul y arrendajo. Aquí van algunas fotos de los tres. En una de las del trepador azul estaba bebiendo de un pequeño charquito y se ve la gota de agua que le cuelga del pico.

                                                           Mosquitero papialbo


                                                                       Arrendajo



Trepador azul

En el día de alta montaña, el sábado, había bastante niebla. Esto hizo que el día fuera un poco de lotería, con rachas de visibilidad muy buena, otras de visibilidad casi nula y otras muy bonitas de medio medio, como se ve en esta foto.


Desgraciadamente todas las veces que el treparriscos apareció cerca coincidieron con rachas de niebla espesa, pero era bonito verlo “mariposeando” entre las nubes.

Las dos chovas se dejaron ver bien, con este grupo de unas cincuenta piquigualdas . . .


y estos individuos que se nos acercaron descaradamente para intentar robarnos los bocatas.





El acentor alpino también apareció cerca durante un rato de buena visibilidad.



Bastantes jóvenes del año estaban desperdigados por allí, ahora emancipados, como este bonito joven de roquero rojo (parece macho, ¿no?) con el plumaje un poco a lo loco pero ya mostrando una cola roja muy bonita al despegar.



Este joven de colirrojo tizón seguía con los padres bastante cerca al quite.


Por último, en el día de alta montaña, encontramos en un pilón este tritón. Tenía unos 5 ó 6 centimetros.
¿Alguien sabe que especie es? Porque he estado mirando en diferentes páginas y no llego a ninguna conclusión. 



Siguiendo con el tema de los jóvenes, ahora otra vez en media montaña el último día, encontramos una familia de torcecuello con padres y 4 jóvenes. Disfrutamos un buen rato viendo los jóvenes entre el arbolado, con su plumaje de camuflaje tan bonito, adoptando las posturas tan típicas de la especie y pidiendo comida con un reclamo muy agudo como el del reyezuelo. De vez en cuando los adultos respondían con su reclamo típico kya kya kya kya . .




                                    En esta foto se ve al hijo pidendo comida a sus padres




Ha sido un colofón de los más emocionantes para un finde de lujo en los Picos de Europa.