En este blog ya hemos hablado de Plusma, un ruiseñor que vuelve todas las primaveras
para criar a unos 400 m de nuestra casa en Villanueva de la Vera. Claro, no podemos
estar seguros de que siempre es el mismo individuo y no un hijo/sobrino/nieto. Pero en los
últimos años creemos que sí es el mismo por 3 razones: 1, siempre llega muy temprano
(de ahí su nombre, plusmarca); 2, le gusta cantar siempre desde los mismísimos árboles y posaderos;
3, su canto es cojonudo.
para criar a unos 400 m de nuestra casa en Villanueva de la Vera. Claro, no podemos
estar seguros de que siempre es el mismo individuo y no un hijo/sobrino/nieto. Pero en los
últimos años creemos que sí es el mismo por 3 razones: 1, siempre llega muy temprano
(de ahí su nombre, plusmarca); 2, le gusta cantar siempre desde los mismísimos árboles y posaderos;
3, su canto es cojonudo.
Esta mañana, antes del amanecer, he bajado con mi cámara para intentar retratarlo mientras
hay tan pocas hojas en los árboles y tiene tantas ganas de cantar desde sitios altos
hay tan pocas hojas en los árboles y tiene tantas ganas de cantar desde sitios altos
para proyectar su voz y defender territorio. A pesar de su fama de escondizos, a los
ruiseñores les suele ver bien si te quedas un rato quieto. Esta mañana ha
sido así.
ruiseñores les suele ver bien si te quedas un rato quieto. Esta mañana ha
sido así.
Al principio estaba cantando a contraluz con el sol naciente bañando su tripa.
En seguida mejoró la luz, no paraba de cantar aunque en la siguiente foto le pillé preguntándose quien era el tipo raro ese con su cámara.
También se asomó por allí un bonito arrendajo.
¡Y todo esto a 400 m de nuestra casa!! Hay algunos con suerte.