Grullas. Las aves emblemáticas del invierno en Extremadura, adornando nuestros campos escarchados con sus bandadas de paso elegante y trompeteo escalofriante. ¡Qué ganas tenía yo de retratar este magnífico bicho! No es empresa fácil. La distancia a la que te dejan acercar no es tan fija como la de otras zancudas como la garza real; varía un poco de un individuo a otro. Pero acercándote a ellas, siempre llega un momento cuando cruzas la barrera de su zona de comodidad y echan a volar. Y esto siempre da mal sabor de boca porque implica un gasto de energía tonto de su parte.
Mejor es controlar sus movimientos durante un tiempo y elegir un sitio donde se suelen congregar, llegando antes que ellas, montando algún tipo de escondite y dejando que ellas lleguen y se acerquen a ti. En esto he estado los últimos dos fines de semana pero con suerte nefasta y de ahí la falta de entradas últimamente. Con la ayuda de nuestro amigo de Candeleda, Carlos Sánchez Monte arriba hemos estado controlando un sitio donde siempre paran una media horita al amanecer para desayunar. El finde pasado aterrizaron muy cerca pero detrás de mi escondite; si hubiera intentado darme la vuelta… todas a volar, así que no pude fotografiar ninguna. Sencillamente aguantar el frío en balde hasta que se fueron ¡Que rabia da!
Este fin de semana he cambiado un poco de sitio, llegando antes del amanecer y esperándolas en plan “ tumbinghide” debajo de una red de camuflaje entre los juncos. A aguantar el frío y a probar suerte.
¡Y vaya si la hubo, por fin!! Aun con muy poca luz se oía el shhhhhhushh de sus alas mientras aterrizaban muy cerca. Según crecía la luz, todavía sin poder fotografiar, pasaban individuos y grupos rozándome la cabeza con las patas colgando listas para aterrizar y luego se oía el sonido como un redoble de tambor cuando tocan tierra, primero un bum muy fuerte y luego bum bum bum disminuyendo de fuerza cuando dan esos saltitos para matar el ímpetu y frenarse.
Desde luego qué privilegio vivir tan de cerca a estas espléndidas aves, cientos alrededor de mí, a veces con distancias de 3 metros o menos. Se oían sus pasos en la hierba, el continuo reclamito de contacto que hacen sin parar y el trompeteo que casi te ensordece de oírlo tan de cerca(creo que sigo con el tintineo). Se veían sus pileos rojos brillando al sol recién levantado y el plumaje erizado contra el frío. Estos bichos tendrán su miedo al hombre pero ¡ellos mismos imponen de cerca! Una pandilla de 5 ó 6 andando directamente hacia ti a unos 10 metros o menos con esta mirada tan fija que tienen . . . el ruido casi de jet que hacen pasando a dos metros encima de tu cabeza para aterrizar en la hierba (y esperas encarecidamente que no en tu cabeza) . . . Ha sido hasta ahora mi mejor experiencia de ver aves desde un escondite y una de las más emocionantes de mi vida entera.
Aquí veis con la luz azulada del amanecer las primeras aves que pude fotografiar:
En primer plano de las próximas dos fotos vemos un joven de este año, fácilmente identificable por el dibujo más difuminado de su cuello:
Parece que vigilan por turnos mientras comen, algunas más alerta, otras tranquilamente pastando:
Y aquí unos de los individuos que más se acercó:
Y aquí vemos a una reclamando soltando la melena al viento…
Hablando de “melena” el rojo del pileo no es de plumaje como parece sino carne viva, calvicie, vamos. Varía de un adulto a otro y aquí vemos a la izquierda una con casi toda la cabeza roja:
Esta postura rara no es un paso nuevo de un baile de Michael Jackson como parece sino uno de sus rituales antes de volar:
La mezcla de posturas en un bando de grullas siempre es bonita y aquí vemos una acicalándose mientras su vecina sigue pastando.
Ésta andando directamente hacia mí, parece tener malas intenciones:
Ésta tiene el plumaje erizado para combatir el frío del amanecer (ojalá yo pudiera haber hecho lo mismo):
Demasiado cerca ésta para caber entera:
Y para terminar unos individuos y parejas de variadas posturas y fondos:
Ya os digo, es solamente un sitio de desayuno éste y en un momento dado, casi por unanimidad, decidieron estirar las alas y largarse, dejándome salir por fin desde debajo de mi red de camuflaje para estirarme también y buscar algo de calor para mi entumecido cuerpo. Pero todo este sufrimiento ha valido la pena con creces.
English translation of the text:
CLOSE-UP WITH CRANES
Cranes. The flagship wintering bird of Extremadura, bejewelling
our frosted fields with their elegantly strutting, magnificently trumpeting
flocks. I’ve been keen to photo this bird for some time now but it’s no easy
task. Their safety distance is less fixed than other large, long-legged birds
like the Grey Heron, varying from one individual to another. But when you try
to approach them there always comes a moment when you cross the barrier of
their comfort zone and they take flight. This is a bad idea because you’re
forcing them to expend valuable energy .
A much better idea is to keep a track of their daily
movements over time and find a place they usually flock together, arriving
there before them and setting up some sort of hide to wait for them to come to
you. I’ve been trying this for the last couple of weekends, with rotten luck;
hence the lack of blog posts lately. With the help of our friend from
Candeleda, Carlos Sánchez (Monte arriba), we’ve been monitoring a grassy
plain where they usually drop in to breakfast on their way out of the roosts.
Last weekend they landed very close to my hide but behind me and if I’d tried
to turn round they would have flown off. So there was nothing for it but to
brave the cold in vain and wait for them to go of their own accord. A frustrating experience if ever there was
one.
This weekend I shifted my site a bit, arriving before dawn
and waiting for them lying on the ground under a camouflage net among the bulrushes.
Now it was a question of putting up with the sub-zero temperatures and hoping
to luck.
And this time luck was really on my side at last. Even
before it was fully light I could hear the swiiiiish
of their wings as they landed close by. As light grew, still without being able
to take any photos, cranes zoomed low over my head feet dangling to prepare for
landing and then I could hear the multiple noise like a drum roll when they
touched down, first a loud and hollow thud and then smaller thuds fading off as
they hopped along the ground to lose their impetus.
And then what a privilege to live close-up with these
beautiful birds, sometimes about one hundred around me at distances of three
metres or less. I could hear their footsteps in the frosty grass, their continual
guttural contact calls and occasionally a full trumpet blast that almost
deafened me heard so close (my ears are still ringing). Their red polls glistened
in the rising sun and their plumage was fluffed up against the cold. These
birds might be scared of man but seen so close up they’re quite frightening in
their own right! A gang of 5 or 6 marching straight towards you with that fixed
stare they have . . . the jet-like noise they make zooming almost at ground
level over your head and you lie there hoping fervently they don’t choose to
land on your head . . .
For all the cold, it’s been my best hide experience to date
and one of the most thrilling experiences of my whole life. When they finally
chose to fly off I was at last able to come out from my hideout and try to warm
up, with a grin as big as the sky-wide skeins of cranes winging off in the
distance. Enjoy the photos.
Impresionante, Sammy!!!
ResponderEliminar¡Gracias Sergio! Tu apreciación siempre nos da ilusión.
EliminarAbrazos
Sam & Dave
¡Que ganas tenía de que pudieses vivir esta experiencia que tan bién comentas!
ResponderEliminarLas fotos te han quedado estupendas y justo esa es la luz y el color del amanecer que tengo clavado en la retina. Además el punto de vista tan bajo, justo al mismo nivel de las Grullas queda genial.
Ahora ya sabes como acercarte a estas aves, imagínate lo que podrás hacer la próxima vez.
Nos vemos.
Pues tú has tenido mucha de la "culpa" de poder hacerlo. ¡Gracias!
EliminarAbrazos
Sam & Dave
Espectacular,tiene que ser una pasada poder tenerlas tan cerca,Buen trabajo.Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Isidro
Eliminar"Espectacular" es la palabra, la verdad.
Un abrazo
Sam
Excelente las fotos de esas magníficas aves en ese entorno helado. Me gustó mucho tu emocionante relato, que me hizo recordar algunas salidas invernales que he hecho con y sin escondite, y que hoy me parecen tan lejanas con las altas temperaturas que estamos teniendo esta semana
ResponderEliminarSaludos
Muy bonito tu comentario, Hernán. Muchas gracias y desde aquí te mandamos un trozo de escarcha para refrescarte!
EliminarUn abrazo
Sam & Dave
Preciosas las fotos, las aves y el momento vivido. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aupa Segun
EliminarPues ya sabes, faltando lobos como tú tienes, tenemos que recrearnos en la belleza de estos bichos!!
Un abrazo
Sam & Dave
Mientras leía el texto, y antes de ver ninguna foto, ya me empezaba a relamer pensando en las magnificas imágenes que vendrían a continuación.
ResponderEliminarY así es. Que gran entrada.
Como dicen los viejos maestros, !todo esfuerzo tiene su recompensa!.
Un abrazo
Gracias Alex
EliminarPues la verdad es que había pasado algunas esperas frías en balde antes de dar con la tecla esta vez.
Abrazos
Sam & Dave