Antes de dejar la zona de Punta Arenas quisimos ver la última especie de ganso que nos faltaba, el kelp goose / caranca, un especialista de costas rocosas. Por fin encontramos esta espléndida pareja. No se me ocurre otra especie de ave donde el macho es blanco como la nieve y la hembra casi negra como el carbón. Esto hace que sean difíciles de fotografiar como pareja: o quemas el macho u oscureces a la hembra. Intenté buscarles el equilibrio.
Este mismo día tuvimos nada menos que siete avistamientos de Peale’s dolphin / delfín antártico desde la costa, una especie endémica del sur de América del Sur y Tierra de Fuego. Qué ilusión nos hizo ver estos delfines cazando tan cerca de la playa, incluso se oía su soplo cada vez que salían para respirar. En esta foto se puede ver el soplo débil colgándose en el aire:
Se ve que son Antárticos y no dusky dolphin / delfín de Fitzroy por el mentón negro y en general se les ve mucho más oscuros.
En una laguna grande al sur de Punta Arenas (Parrillar) tuvimos la suerte de encontrar otro rufous-chested dotterel / chorlo chileno, esta vez el más brillante de los dos sexos, no sabemos si en esta especie es el macho o la hembra.
Según nos movíamos hacia el norte, dirección Puerto Natales y Torres del Paine, los peques se hacían más comunes a medida que aumentaba la abundancia de los árboles. El white-crested eleaenia / fío-fío es muy común en todo el ambiente arbolado. Su reclamo es un silbido que parece demasiado fuerte para un pájaro tan pequeño. De ahí supongo que sale su nombre tan simpático en chileno de “fío-fío”.
La chilean swallow / golondrina chilena también parece mucho más común en tierra firme que en la isla de Tierra de Fuego. Estará todo lo adaptado al clima que quiera pero también parece pasarlo muy mal con el viento. Muchas veces recurren al bosque para abrigarse del viento, y una vez, en el aeropuerto de Punta Arenas, vimos a una intentar pasar el mismo punto 18 veces con el viento arrastrándolo 100 m hasta el punto de partida. Era agobiante ver a la pobre luchando contra el vendaval. Por fin, agotada, pasó.
Nos alegró también ver el otro sierra finch / cometocino, el Patagonian sierra finch / cometocino patagónico, aun más bonito que el otro con su espalda color abejorro (los abejorros en Chile son de un tono dorado alucinante) en vez de verde.
El pequeñísimo thorn-tailed rayadito / rayadito nos pareció una preciosidad, recordándonos a nuestros reyezuelos con su comportamiento y reclamo muy finito. Como fotógrafo, lo que te dan con una mano te lo quitan con la otra: son muy confiados pero nunca se están quietos por un nanosegundo.
El southern house wren / chercán es muy común por todas partes. Tanto en forma como en reclamo es bastante parecido al nuestro, el chochín.
Dos de nuestros favoritos, el austral thrush / zorzal y el dark-bellied cinclodes / churrete seguían acompañándonos en casi cada salida. En los atardeceres sin viento era bonito relajarnos en el hotel con la ventana abierta escuchando el canto tan bonito del zorzal.
Y éste nos regaló unas imágenes muy bonitas cuando apareció en la costa.
Otro paseriforme algo más grande que encontramos por estas fechas fue el austral blackbird / tordo. A pesar de sus nombres en inglés/chileno se ve de entrada que no es en realidad un turdus. Eso sí, tiene un canto muy bonito con algo de las modulaciones de nuestro mirlo aunque sin su desenfado magistral.
Algo más grande aun es el escandaloso austral parakeet / cachaña. Nos hizo gracia ver nuestra primera especie de loro.
Otro bicho que teníamos muchísimas ganas de ver era el ringed kingfisher / martín pescador y según se nos iban agotando los días y lo buscábamos arroyo arriba arroyo abajo con mucho ahínco iban desapareciendo las esperanzas de encontrarlo. Por fin vimos uno volando como una flecha a ras de agua. Con eso ya casi nos dimos por servidos; por lo menos lo habíamos visto. Le seguimos por una curva del río y cual era nuestra alegría al ver bien a la pareja posada en un árbol seco al lado del río. Hicieron una cópula que pudimos capturar en la cámara y ya nos dimos más que satisfechos con el avistamiento.
Faltaba lo mejor. En su euforia post-copula el macho voló directamente hacía nosotros y aterrizó en un arbusto seco a unos 3 metros!! No podíamos creerlo.
Al principio hablábamos en voz baja y casi no nos atrevíamos a movernos pero después de un rato estábamos hablando, nos movíamos con total naturalidad y el bicho ni se inmutó. Y la verdad es que con el ra-ca-ta-ca-ra-ca-ta-ca del reclamo que no paraba de producir podríamos haber sacado un martillo neumático y no nos oye.
Las pecas blancas de su pico son plumitas que se le pegaban después de acicalarse
Después de un buen rato deleitándonos- y casi ensordeciéndonos, el macho se fue. Con lo cual, como si tuviera celos, vino la hembra al mismo posadero para disfrutar de su momento en la pasarela de fotos. Se ve que la hembra tiene el pecho gris en vez de rojizo.
En esta foto podéis ver lo cerca que podíamos estar de él y también su asombroso tamaño. Nuestro martín no le llega ni al hombro.
Después de esta experiencia tan alucinante, solo nos faltaba ver si íbamos a tener la suerte de ver el pato correntino en Torres del Paine . . .
Mientras tanto, sí que encontramos esta bonita familia de spectacled duck / pato anteojillo.
Mientras tanto (bis), ¿esta foto de guanaco no os recuerda a alguien de la familia real?
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